Este 1 de noviembre, la cumbia psicodélica volverá a encender el inframundo. Sonido Gallo Negro prepara su fiesta “Infierno Tropical III”, una experiencia sensorial que combina tradición, misticismo y ritmo hipnótico en uno de los espacios más emblemáticos del Centro Histórico: el Ex Convento de la Antigua Farmacia París, en Mesones 72.
Lejos de ser un concierto convencional, “Infierno Tropical” es una ceremonia sonora donde los tambores, las guitarras y los sintetizadores sirven de ofrenda. Sonido Gallo Negro fungirá como anfitrión de este ritual urbano que celebra el Día de Muertxs desde la música y el cuerpo en movimiento. A su lado estarán Sonido La Changa —leyenda viva de la cumbia mexicana—, el enigmático proyecto Noche Negra y una banda sorpresa: un trío de cumbia revelación proveniente de Los Ángeles, California, que promete encender aún más la pista.
El evento mezclará los colores del altar con el pulso del baile. Durante la noche, se desarrollarán duelos de DJs y batallas rítmicas que transformarán el recinto en un vórtice de energía colectiva. Será una noche donde lo ancestral y lo contemporáneo dialogan a ritmo de güiro, bajo y sintetizador, donde los vivos celebran bailando y los muertos —dicen— bajan a mirar.
El lugar elegido, Mesones 72, no es casualidad. Su historia respira entre los muros del Ex Convento de la Antigua Farmacia París, un espacio donde el pasado colonial de la ciudad se entrelaza con las nuevas expresiones de la cultura urbana. Ese contraste convierte al sitio en el escenario ideal para un “Infierno Tropical”: un puente entre el más allá y la pista de baile.
Sonido Gallo Negro llega a esta cita tras un 2025 cargado de giras: más de cien conciertos en México y el extranjero que consolidan su sonido como un símbolo de la cumbia contemporánea. Pero esta noche será especial. El grupo promete un formato 360°, envolvente y ritualístico, pensado para celebrar a la muerte como lo hacen los pueblos originarios: con música, color y comunión.
Las puertas del “Infierno Tropical III” se abrirán cuando el sol se oculte y, como dicta la tradición, las sorpresas irán apareciendo a medida que los fieles difuntos regresen a la fiesta. Porque si algo sabe hacer Sonido Gallo Negro, es recordarnos que la muerte también baila.