En un país donde aún persisten prejuicios que apagan voces y silencian identidades, Scotiabank México ha decidido encender las suyas. Este 13 de junio, su sede corporativa en la capital se iluminó con los colores del arcoíris, no como un gesto de moda, sino como una declaración firme: aquí caben todas las personas, con todo lo que son. Y eso, en el rígido y a menudo conservador mundo financiero, es mucho decir.
El acto no fue solo simbólico. Acompañado por el izamiento de la bandera LGBTQIA+ y el inicio de una campaña interna de sensibilización, el banco se sumó de lleno al Mes del Orgullo con su iniciativa global #EstamosDelLadoPride, que tiene un objetivo claro: visibilizar a la comunidad LGBTQIA+ y transformar los lugares de trabajo en espacios donde la diversidad no sea tolerada, sino celebrada.
“Este año nos reunimos frente a un puente, porque representa lo que significa ser aliados todos los días”, dijo Norma Sáenz, Directora General Adjunta de Recursos Humanos del banco, durante el evento. Y vaya que la metáfora no fue gratuita: un puente une, conecta realidades distintas y permite cruzar de la indiferencia al compromiso. Justo eso busca Scotiabank, al menos desde su trinchera.
La campaña no se quedó en discursos. Dentro de sus oficinas, se activó una experiencia sensorial auditiva que narró hitos de la historia LGBTQIA+ en México: desde el escandaloso y valiente baile de los 41, hasta la memoria de Ociel Baena, el primer magistrade visible y no binarie en el país, cuya vida y legado aún resuenan con fuerza. Una propuesta que no solo educa, sino que también emociona.
Este tipo de acciones tienen eco. Por octavo año consecutivo, Scotiabank México fue reconocido con el Certificado HRC Equidad MX 2025 de la Human Rights Campaign, que lo ubica como uno de los mejores lugares para trabajar para personas LGBTQIA+ en México. Un galardón que no se entrega a cambio de pancartas, sino de políticas concretas y coherencia institucional.
En tiempos donde muchas empresas se cuelgan la bandera multicolor solo en junio para luego guardarla en un cajón, Scotiabank envía una señal diferente. No se trata de marketing, sino de cultura organizacional. Porque como bien dijeron en su evento, el orgullo no es de temporada… es de todos los días.