En Benito Juárez, la seguridad se escribe en árabe y se refuerza con voluntad


En una postal que parece salida de un buen capítulo de crónica urbana, la alcaldía Benito Juárez —reconocida como la más segura de la capital— fortaleció aún más su estrategia de seguridad con un gesto que va más allá de la cortesía diplomática: la comunidad libanesa donó una patrulla eléctrica de última generación que se incorpora al programa Blindar BJ360°.

En el centro de esta historia se encuentra Luis Mendoza, alcalde de Benito Juárez, quien sostuvo una reunión con representantes de esta comunidad, con el objetivo de consolidar lazos no sólo de amistad, sino de corresponsabilidad ciudadana. En sus palabras, quedó claro que la seguridad no es un tema exclusivo del gobierno, sino una tarea colectiva que requiere de alianzas firmes y acciones concretas.

“Estamos comprometidos con el tema de la seguridad y en eso nos están apoyando”, dijo Mendoza, con tono de agradecimiento y firmeza. “Quiero que sepan que nos podemos coordinar y estar muy al pendiente de ustedes también”.

La patrulla donada no es cualquier unidad: es 100% eléctrica, lo cual se alinea con los principios de sustentabilidad y eficiencia que la administración busca fomentar. Más allá de la tecnología, el mensaje es poderoso: cuando las comunidades migrantes se sienten parte de la historia que escriben las calles de una ciudad, los vínculos dejan de ser simbólicos para convertirse en motores de transformación real.

Y así lo reconoció el propio alcalde, quien agradeció no solo el donativo, sino el compromiso tangible de quienes, con raíces lejanas, han echado anclas profundas en esta demarcación.

“Hechos son amores y no buenas razones”, expresó Mendoza ante los asistentes, dejando claro que las palabras sin acciones son sólo ruido en el viento.

La comunidad libanesa, con una presencia histórica en México que ha contribuido en distintos ámbitos —comercial, cultural y ahora también en seguridad—, se convierte así en un actor relevante en los esfuerzos por mantener a Benito Juárez como un referente de orden en la compleja urdimbre urbana que es la CDMX.

La reunión no fue sólo un acto protocolario: fue un recordatorio de que las ciudades más seguras se construyen desde la diversidad, con voluntad política, participación ciudadana y, claro está, con una patrulla eléctrica como símbolo de que la tradición puede encontrarse con la innovación… y hacer de ello una buena noticia.

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