Durante más de dos décadas, la colonia Los Pinos —junto con Riviera I, II y Real del Bosque— fue sinónimo de abandono institucional, una mancha invisible en el mapa urbano de Cancún. Hoy, esa narrativa comienza a reescribirse. Ana Paty Peralta, presidenta municipal, anunció con voz firme y rodeada de vecinos, la transformación integral de esta zona como parte del programa “Obras de Infraestructura de 0 a 100”, una iniciativa que busca llevar dignidad a donde antes sólo había rezago.
“Donde antes no había nada, ahora habrá drenaje, agua potable, calles iluminadas y banquetas seguras. Eso también es justicia social”, expresó Peralta ante un público que no aplaudía por protocolo, sino por esperanza. Porque en colonias donde no llegaba el camión de basura, ahora llegará la infraestructura.
El proyecto implica una inversión superior a los 36 millones de pesos y contempla no solo la urbanización, sino la pavimentación, guarniciones, banquetas y alumbrado público. Acompañada de la secretaria de Obras Públicas, Samantha Hernández Cardeña, y del regidor de Desarrollo Urbano, Samuel Mollinedo Portilla, la presidenta fue clara: esto no es una promesa, es una obra que ya inició y que cambiará la vida de miles de familias.
En cifras, la magnitud del proyecto se mide en metros pero se sentirá en vidas: más de 3,300 metros lineales de red de drenaje sanitario y casi 2,500 metros lineales de agua potable serán colocados, con lo que se busca garantizar el derecho básico al agua, no sólo como líquido, sino como símbolo de dignidad, higiene y salud comunitaria.
Los funcionarios explicaron que esta apuesta por la infraestructura no es sólo técnica, es política con visión humana. Tener acceso diario al agua limpia —subrayaron— significa que niñas y niños podrán estudiar sin enfermarse, que madres y padres de familia podrán vivir con más seguridad, y que comunidades enteras podrán mirar hacia el futuro con menos incertidumbre.
En un país donde muchas veces las obras públicas se inauguran más con placas que con resultados, el proyecto “de 0 a 100” busca romper el molde: no es sólo cemento, es memoria urbana reconstruida. Y para Los Pinos, eso significa, por fin, convertirse en parte real del Cancún que merecen.