En tiempos donde el ruido mediático a menudo se impone sobre la sustancia, hay reconocimientos que hablan por sí solos. Y cuando la Guía MICHELIN vuelve a voltear a ver una mesa mexicana con respeto y admiración, no sólo es motivo de orgullo, es un recordatorio de que en nuestro país la cocina también es una forma de arte, de resistencia y de identidad.
María Dolores by Edgar Núñez, el restaurante insignia de ATELIER Playa Mujeres, ha sido nuevamente incluido como restaurante recomendado en la edición 2025 de la Guía MICHELIN. No es casualidad. Este espacio, donde la gastronomía mexicana se reinterpreta sin perder el alma, confirma que la excelencia no es un acto esporádico, sino un hábito.
El reconocimiento responde a una exigente evaluación bajo cinco criterios universales: calidad de los ingredientes, técnica culinaria, armonía en los sabores, consistencia y relación calidad-precio. Y sí, en María Dolores todo eso se conjuga, pero con un plus que no siempre cabe en los parámetros: la pasión por contar historias desde el plato, por reivindicar lo local, por hacer que cada bocado sea un viaje.
"Este reconocimiento es resultado del compromiso diario con la excelencia y de una visión clara: ofrecer una experiencia gastronómica que inspire, emocione y refleje lo mejor de México", expresó Mascia Nadin, Chief Operating Officer de ADH – ATELIER de Hoteles, dejando claro que detrás del lujo hay también una responsabilidad por mantener vivo el espíritu de nuestra cocina.
Pero más allá del sello MICHELIN, está el alma del lugar: la cocina del chef Edgar Núñez. Su propuesta de gastronomía mexicana contemporánea se despliega entre menús degustación y platillos fuera de carta, todos con un hilo conductor: la honestidad. “La cocina no necesita disfrazarse para ser extraordinaria”, dice el chef. Y en esa frase late una filosofía que se palpa en cada preparación: ingredientes que respetan su temporalidad, sabores que no piden permiso para destacar, y una ejecución que honra la esencia antes que la pretensión.
El restaurante, también distinguido con 5 Estrellas por Forbes Travel Guide, no sólo alimenta el cuerpo: reconecta con la tierra, con nuestras raíces, y hasta con la memoria colectiva. Comer en María Dolores es reencontrarse con el México profundo, ese que se saborea y se siente, que emociona sin artificios.
Y mientras el mundo sigue reconociendo su grandeza, quienes tenemos el privilegio de estar cerca sabemos que lo que sucede en María Dolores no es sólo alta cocina. Es una celebración del país que somos y del que todavía podemos ser.