Hay artistas que lanzan discos, y hay quienes abren portales. Belén Cuturi, cantautora uruguaya con una sensibilidad lírica poco común, se instala firmemente en el segundo grupo con la llegada de Abanicos Negros, su cuarto álbum de estudio y una obra que, sin temor a la hipérbole, apunta a ser uno de los materiales más poderosos en habla hispana este 2025.
Después de varios adelantos que encendieron la expectativa, Abanicos Negros emerge como un mapa emocional de contrastes, esos que nos recuerdan que la vida no tiene un solo tono. “Es recibir una noticia desgarradora en un momento de plena felicidad”, explica la artista. Y en esa misma frase está la brújula de su propuesta: una montaña rusa de emociones extremas, donde lo dulce y lo amargo se abrazan sin miedo.
Grabado entre 2023 y 2024 en Brasil, México y Uruguay, el álbum fue producido por la propia Cuturi junto a Tó Brandileone, salvo en “No Saber”, cuya producción corrió a cargo de Camila Ferrari. La mezcla estuvo en manos del reconocido Ricardo Mosca, mientras que Carlos Freitas se encargó del mastering, dándole al disco una envoltura sonora tan pulida como íntima.
Abanicos Negros no es solo una colección de canciones. Es una bitácora del alma. “Decidí tomar los pedazos rotos y cantarlos”, confiesa Belén. Cada tema funciona como un pequeño ritual para nombrar lo indecible, como quien observa sus propias ruinas con la esperanza de encontrar en ellas semillas.
Su estilo, una mezcla delicada de pop y folk, mantiene esa honestidad que la caracteriza desde sus inicios a los 17 años, cuando comenzó a cantar con la convicción de quien entiende que la música puede ser refugio, catarsis y espejo. No por nada fue ganadora del Concurso de Composición de Ibermúsicas en su primera edición.
Las imágenes que acompañan este lanzamiento, capturadas por la fotógrafa Hilda Pellerano, refuerzan ese aura de belleza serena que atraviesa todo el proyecto. Y como dice la propia Belén, cada disco es una puerta a un universo por ser explorado. Abanicos Negros es, sin duda, uno de esos lugares a los que vale la pena entrar con el corazón abierto.