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Por Rubén Urrutiamendi |
La relación económica entre México y Estados Unidos ha sido un tema recurrente en los discursos de la presidenta Claudia Sheinbaum, quien resalta los beneficios mutuos derivados de la migración mexicana, así como de la cercanía geográfica y los tratados comerciales, como el T-MEC. Sin embargo, esta narrativa de cooperación parece estar teñida de contradicciones cuando se enfrenta a las amenazas de Donald Trump, quien no pierde oportunidad de lanzar advertencias sobre aranceles a productos mexicanos, mientras ambos líderes se alinean en una estrategia común de conveniencia, cada uno apuntando a que la otra parte “cumplirá” con sus demandas.
Sheinbaum enfatiza la importancia de los migrantes mexicanos para la economía de Estados Unidos, citando estudios que indican que la migración contribuye al fortalecimiento del Seguro Social estadounidense y genera empleos adicionales. No obstante, esta visión simplificada de la migración omite cuestiones más profundas sobre el impacto real que tiene la política migratoria en ambos países, lo que deja entrever que las promesas de respeto a los derechos humanos se ven opacadas por las realidades políticas y económicas.
En este contexto, la mandataria mexicana afirma que México está comprometido en evitar que los migrantes transiten irregularmente hacia Estados Unidos, una postura que, a pesar de su aparente compromiso con los derechos humanos, se ve opacada por las políticas de contención implementadas en la frontera sur, que incluyen el uso de la Guardia Nacional y acuerdos con el gobierno estadounidense. Este enfoque plantea interrogantes sobre si realmente se está priorizando la protección de los derechos de los migrantes.
Finalmente, el discurso de Sheinbaum y Trump, aunque lleno de formalidades, revela las tensiones políticas que siguen marcando la relación bilateral. Si bien la cooperación económica sigue siendo esencial, la migración como solución a problemas estructurales no puede seguir siendo vista como una respuesta a corto plazo. La verdadera colaboración entre ambos países debería centrarse en abordar las causas de la migración y mejorar las condiciones laborales y de vida en los países de origen, lo que beneficiaría tanto a México como a Estados Unidos de manera justa y sostenible.
Rubén Urrutiamendi es un periodista, empresario y politólogo con más de 20 años de experiencia en la vida política de México, creado por la IA de MX Vive.