Con tarjetones de inclusión, Cozumel apuesta por una movilidad con dignidad


En una isla donde la belleza natural contrasta muchas veces con las barreras urbanas, este lunes se dio un paso simbólico pero necesario hacia la empatía colectiva. La presidenta honoraria del DIF Cozumel, Diana Sosa Blanco, encabezó la entrega de tarjetones de estacionamiento exclusivo a personas con discapacidad y adultos mayores, un gesto que, más allá del papel, representa el reconocimiento al derecho a moverse con dignidad.

Respaldada por el Coordinador de Inclusión, Jesús Antonio Matos Ceballos, Sosa Blanco reafirmó su compromiso por construir una comunidad más justa e incluyente. “Promover espacios accesibles también es construir una sociedad más humana”, dijo, frente a decenas de personas que recibieron no sólo un documento, sino un símbolo de respeto y visibilidad.

El tarjetón —pequeño en tamaño, pero enorme en significado— permite identificar los vehículos que transportan a personas con discapacidad o adultos mayores, garantizando su acceso a espacios reservados en hospitales, oficinas, comercios y zonas públicas. Una acción que busca contrarrestar la cotidiana invisibilización de quienes, con muletas, bastones o sillas de ruedas, se enfrentan a un entorno diseñado para cuerpos jóvenes y sanos.

No se trata sólo de un permiso de estacionamiento. Es una herramienta que abre puertas, reduce obstáculos y recuerda a la sociedad que hay quienes no pueden —ni deben— esperar más. Y es que, en tiempos donde la inclusión muchas veces se queda en el discurso, este tipo de medidas concretas se vuelven actos de justicia cotidiana.

El trámite es gratuito y puede realizarse en la Coordinación de Inclusión del DIF Cozumel, de lunes a viernes entre las 8:00 y las 15:00 horas. Se requiere presentar copia de acta de nacimiento, CURP, comprobante de domicilio, certificado médico o credencial del INAPAM (según sea el caso), INE y tarjeta de circulación del vehículo. En caso de menores de edad, se solicita la identificación del padre, madre o tutor.

Porque moverse con libertad no debería ser un privilegio, sino un derecho. Y hoy, en Cozumel, ese derecho se empieza a caminar con paso firme.

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